De los creadores de “Coge todo el papel higiénico que veas (y si no toallitas), y corre”, ha llegado “¡Mercadona Jones en busca del aceite de girasol perdido!” Y es que aquí en España, tonto el último.
Estas semanas estamos experimentando cambios en los supermercados, subidas de precio y falta de productos, debido a que Rusia y Ucrania abarcan el 60% de la producción de girasol en el mundo.
Si estás presente en las redes, verás como hay un gran debate sobre este aceite y su compañero en el mercado, el aceite de oliva. Muchos opinan que esta compra descontrolada no tiene ningún sentido. Otros no comparten esta opinión, manifestando la accesibilidad por su bajo precio para muchas familias.
Pero, ¿sabemos de verdad la diferencia entre un aceite y otro? En este artículo profundizaremos en 3 aspectos, para llegar al fondo de esta controversia. Los diferentes métodos de extracción, los tipos de grasas y otros beneficios que nos proporcionan el aceite de oliva y el aceite de girasol.
PROCESO DE ELABORACIÓN
La primera gran diferencia radica en su origen. El proceso de extracción es completamente diferente para ambos aceites. No hace falta explicar de qué fruto procede cada uno…Pero te explicaremos por qué procedimiento pasan.
Proceso aceite de oliva
La aceituna se transforma en aceite a través de procedimientos físicos y mecánicos. Pero lo más importante que debemos recalcar, es la ausencia de elementos químicos. Esto contribuye a una mejor conservación de sus compuestos.
La recolección, se puede realizar de manera manual o mecanizada. Es decir, un aceitunero canaliza su energía golpeando el olivo con una vara para que caiga el fruto a una tela. Aunque si te faltan fuerzas puedes hacerlo con una máquina que agita el árbol.
Las aceitunas se separan según un criterio de calidad, se lavan y se llevan al molino de martillos para obtener una masa. Esta, pasa por dos procesos: separación sólido-líquido y separación líquido-líquido, aislando el agua del aceite.
Intenta optar siempre por Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE), ya que es el más natural y el más sano. Este es el conocido oro líquido de nuestra tierra, los demás son aceites de oliva refinados.
Proceso aceite de girasol
Este proceso es largo pero, en resumen, se extrae el aceite de la semilla mediante disolventes químicos. Después, comienza la clarificación, un mecanismo para eliminar partículas macroscópicas. Los dos últimos pasos terminan el proceso de refinado, separando los mucílagos y fosfátidos (sustancias que tampoco vienen a cuento que sepas lo que es) y reduciendo la acidez. Así se suaviza el sabor.
GRASAS
Las grasas… ese temido compuesto del que todos intentamos huir. Para conservar la figura tratamos de escoger productos con menor cantidad de grasa, sin embargo, hay que saber diferenciarlas, ya que existen buenas y malas. La grasa buena es necesaria, recuérdalo e inclúyela en tu alimentación diaria.
No te adelantes… no vamos a decirte que el aceite de girasol pertenece a la categoría mala y el de oliva a la buena… eso sería demasiado simplista. Tanto el aceite de oliva como el de girasol son grasas buenas. Dentro de las malas se colocan las grasas procedentes de los ultraprocesados, la bollería industrial es el mejor ejemplo. De esas, mejor huye o plántales cara, según como te venga.
Este supuesto enemigo del hombre no deja de ser un lípido. Y dentro de esta sustancia, encontramos una lista interminable de diferentes tipos:
- El aceite de oliva es una grasa monoinsaturada (MUFA), ácido oleico.
- El aceite de girasol es una grasa poliinsaturada (PUFA), con ácidos linoleicos. Este tipo de grasa está presente en otros alimentos, vegetales como las nueces y animales como el salmón.
La principal diferencia son los enlaces en la estructura, pero vamos a centrarnos en datos más sencillos. Ambos aceites son saludables si se consumen en crudo, por ejemplo, en ensaladas. Sin embargo, el principal empleo del aceite de girasol es en frituras. Aquí es donde se vienen curvas.
Habrás oído o experimentado que el aceite de girasol es el mejor para freír, ¿por su acabado?, ¿por la rápida temperatura que alcanza?, ¿sabor? Probablemente sean afirmaciones para justificar que la única elección por la que lo elegimos para freír es… su bajo precio.
A la hora de freír, debemos tener en cuenta el punto de humo ¿Qué es esto? Es la temperatura a la que el líquido comienza a descomponerse, produciendo sustancias dañinas y tóxicas. Lo cierto es que dependerá mucho del aceite, su calidad, el refinado… El aceite de oliva tiene un punto de humo más bajo. Sin embargo, gracias a sus antioxidantes resiste mejor, conservando mejor sus nutrientes que los aceites vegetales.
¿Las mejores opciones? El aceite de oliva con bajo contenido de ácido y el aceite de orujo de oliva.
OTROS BENEFICIOS
Ambos contienen vitamina E, destacable por su propiedad antioxidante, que retarda el daño de las células, y por lo tanto previene o retarda muchas enfermedades.
El aceite de oliva contiene polifenoles, con numerosos beneficios: promueven la salud cardiovascular, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Según varios estudios, su consumo también es beneficioso para prevenir enfermedades, como la diabetes, alzhéimer, ictus, cáncer de mama, colon y próstata, entre otros.
El omega 3 y el omega 6, del aceite de girasol, contribuyen a la presión arterial, a la coagulación y a la inflamación. Sin embargo, el consumo de estos tipos de grasa debe ser equilibrado y moderado, y el aceite de girasol contiene una gran cantidad. Quizás demasiada.
Si el desabastecimiento de aceite de girasol te preocupa y has sido de esas personas que ha arrasado con medio supermercado, enhorabuena, es sorprendente tu capacidad de supervivencia. Sin embargo, la realidad es que somos el país líder en exportación de aceite de oliva y como ya te decimos, puedes freír con él.
Aprovechemos los regalos cargados de salud y felicidad que nos brinda nuestra tierra. Sobre todo ahora que se están igualando en precio.
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